35. El vacío


I

Marina Andréyev

II

La abuela de la mujer que él espera en el café Los Galgos se llamaba Marina Andréyev, había nacido en Lúga y había llegado a Buenos Aires en 1941 huyendo de la inminente ocupación alemana de su ciudad con un puñado de poemas manuscritos que había logrado recuperar de la urgencia con la que había resuelto el viaje.

III

Libertad salvaje


Me gustan los juegos en que todos
son arrogantes y malignos,
en que son tigres y águilas
los enemigos.

Libertad salvaje
Que cante una voz altiva:
"¡Aquí, muerte, allí -presidio!"
¡Luche la noche conmigo,
la noche misma!

Volando voy -tras de mí van las fieras;
y con el lazo en las manos yo me río...
¡Ojalá la tormenta
me haga añicos!

¡Que sean héroes los enemigos!
¡Acabe en guerra el convite!
Que sólo quedemos dos:
¡El mundo y yo!

(Se cree que la versión traducida al castellano de este poema de Marina Andréyev fue realizada por Severo Sarduy)

IV

La casa abandonada de Marina Andréyev en Lúga

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