Todas las noches se acuesta relativamente temprano, empieza
a fumar un poco de marihuana y ve películas. Le gusta ver películas que no son
buenas pero que ya vio y que, por los motivos que sea, se entretuvo viéndolas
la primera y la segunda vez que las vio. Pero su preferida, para verla una y
mil veces, es Daddy Nostalgie,
dirigida en 1990 por Bertrand Tavernier y estrenada en Buenos Aires como Nuestros días felices, con Dirk Bogarde
y Jane Birkin: una cinta de la que jamás diría que no es buena.
Y mientras
transcurre, por ejemplo, el encuentro de esa mujer que desde París ha ido a
visitar a su padre a Niza porque está enfermo del corazón, él sigue fumando
pausadamente marihuana y le gusta, al mismo tiempo, dejar que sus pensamientos
se vayan distrayendo en remansos de otros pensamientos, palpar los almohadones apilados en el lado izquierdo de su cama para que no gire hacia ese lado en
lugar de seguir durmiendo boca abajo.
Se siente
tranquilo, incluso -podría decirse- feliz de dormir solo y no acompañado por la
mujer con la que estuvo de novio hasta hace apenas unos días, una mujer que
bajo la apariencia que pretenden dar las autodenominadas buenas personas es una
mujer exigente, intolerante y a veces antipática.
El día
siguiente debe ir a ver al cirujano para el primer control después de la
operación.
¿Cómo ve antes
de ser operado un ojo en el que se ha producido un agujero macular?
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