De pronto, sin saber por qué, él recuerda que a lo largo del tiempo ha usado Paco Rabane, Eau Savage y Armani, tres eau de toilettes que marcaron épocas, tiempos distintos en su vida, un transcurso si se quiere ligero y al mismo tiempo inexorable. Podría recordar, incluso, cómo se vestía en cada una de esas épocas. Siempre informal, siempre un poco desprolijo, pero siempre con un estilo, por así decirlo. Con o sin corbatas, con o sin sacos, con o sin jeans, con zapatos, mocasines o zapatillas. Pero siempre, quiso siempre imaginar, con algún rasgo que hiciera de él y de su manera de vestirse un modo. Una manera de ser él. Algo tan trivial y tan visible como eso.
2. Los Galgos
La vida pasa sin que nos demos cuenta
de su paso. Y sólo en edades ya un poco avanzadas comenzamos a advertirlo.
Cuando se llega a las últimas etapas la certeza de su paso resulta
incomprensible. Nos parece que ha sido vertiginosa y sin embargo no hubo
vértigo. La pregunta es: ¿qué hice en todo este tiempo? Y las respuestas, del
orden que sea, parecen siempre insuficientes o débiles.
De pronto, sin saber por qué, él recuerda que a lo largo del tiempo ha usado Paco Rabane, Eau Savage y Armani, tres eau de toilettes que marcaron épocas, tiempos distintos en su vida, un transcurso si se quiere ligero y al mismo tiempo inexorable. Podría recordar, incluso, cómo se vestía en cada una de esas épocas. Siempre informal, siempre un poco desprolijo, pero siempre con un estilo, por así decirlo. Con o sin corbatas, con o sin sacos, con o sin jeans, con zapatos, mocasines o zapatillas. Pero siempre, quiso siempre imaginar, con algún rasgo que hiciera de él y de su manera de vestirse un modo. Una manera de ser él. Algo tan trivial y tan visible como eso.
De pronto, sin saber por qué, él recuerda que a lo largo del tiempo ha usado Paco Rabane, Eau Savage y Armani, tres eau de toilettes que marcaron épocas, tiempos distintos en su vida, un transcurso si se quiere ligero y al mismo tiempo inexorable. Podría recordar, incluso, cómo se vestía en cada una de esas épocas. Siempre informal, siempre un poco desprolijo, pero siempre con un estilo, por así decirlo. Con o sin corbatas, con o sin sacos, con o sin jeans, con zapatos, mocasines o zapatillas. Pero siempre, quiso siempre imaginar, con algún rasgo que hiciera de él y de su manera de vestirse un modo. Una manera de ser él. Algo tan trivial y tan visible como eso.
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