Junto a este árbol, hace tres semanas, un domingo a eso de las ocho de la mañana, cayó muerto a golpes un muchacho de veintiseis años llamado Sebastián Sánchez, encargado de la recepción de pedidos de delivery de la cadena de pizzerías Romario.
Más allá de algunas notas aisladas que pueden encontarse en la web (V.: 25. El vacío -http://scriptvidareal.blogspot.com.ar/2012/11/3-el-vacio_19.html-) nada ni nadie ha vuelto a hablar del caso. Y menos los llamados grandes diarios. Como si el silencio fuera la condición con que la realidad se ocupa de los crímenes.
La falta de sentido, entonces, parece ser el sentido de lo incomprensible, de lo brutal, de lo que debería saberse si una sociedad entera no tolerase el silencio o el vacío.
La realidad no existe.
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