Él ha terminado el café y ahora no sabe qué hacer. Han pasado más de quince minutos y la espera comienza a inquietarlo. Está allí esperando a una mujer. Combinaron para encontrarse allí, la mujer y él, porque ella propuso ese bar. Él sabe que a ella le queda cerca de la casa y a él le da lo mismo. Ese u otro. Pero ese tiene el valor agregado de su antigüedad, tanto que puede decirse que es un bar histórico de Buenos Aires.
A través de una ventana ve, enfrente, el colegio de los jesuitas y recuerda, de pronto, el día de su primera comunión. Pero no quiere pensar en eso en este momento. Prefiere esperar y pensar en la mujer que está esperando.
Ella y él hace diez años que no se ven. Fueron, en aquel tiempo, novios, o una pareja, o como se quiera llamar a la relación amorosa que sostuvieron durante tres años.
Él espera a esa mujer y se repite que quiere decirle, entre otras cosas, después de tanto tiempo sin verla, que él sabe que ella es la mujer que más lo ha querido.
Entonces pide otro café.
con este fragmento ya me ganaste por completo.
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