En las cosas no existe la esperanza y, sin embargo, hay que estar decidido a cambiarlas.
FSF.
El origen del mundo
47 años
tenía Gustave Courbet, un polémico maestro del realismo francés, cuando pintó El origen del mundo (1866), la obra que
lo condenaría a la
inmortalidad. La tela representa la entrepierna de una mujer
con los genitales en primer plano. Nunca, hasta ese momento, el arte había
llegado tan lejos, o tan cerca. Y por lo mismo El origen del mundo fue condenado a una clandestinidad que duró más
de un siglo. La desnudez, en casi toda la pintura de Courbet, aparece de manera
tan explícita que su genio quedó desdibujado en vida por los escándalos y acusaciones
que recibió: desde oportunista hasta lascivo.
El cuadro dio vueltas hasta la mitad
del siglo XX atravesando la incomprensión, pasando de un propietario a otro, y
sobreviviendo a dos guerras. En 1955 el psicoanalista Jacques Lacan lo compró
para regalárselo a su mujer. Pero el desconcierto de alguna criada y de no
pocos visitantes lo convencieron de que debía llevarlo a su residencia de campo
en Guitrancourt donde lo cubrió con otra tela, un desnudo abstracto, que
realizó el expresionista André Masson. El
origen del mundo está en la base de las disquisiciones de Lacan sobre lo
real, la verdad y lo auténtico que sostuvo ante Heidegger. Una de sus conclusiones
fue: “La mirada es la erección del ojo”.
Muerto Lacan en 1981 el cuadro de
Courbet pasó a ser propiedad del estado francés a cuenta de impuestos sucesorios.
Y en 1995, después de una primera y breve estancia en un museo (Brooklyn, Nueva
York, 1988) fue colgado triunfante y en forma permanente en el Musée d’Orsay de
París.*
* Este fragmento forma parte de una nota sobre la desnudez publicada en dos entregas en el blog de @EternaCadencia en septiembre de 2011. Esa nota puede leerse completa en La desnudez/1 http://blog.eternacadencia.com.ar/archives/2011/16236#more-16236 y La desnudez/2 http://blog.eternacadencia.com.ar/archives/2011/16624#more-16624
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