72. El vacío

Esta es una obra de ficción y sus personajes y situaciones son completamente imaginarios. Cualquier similitud con personajes o situaciones del pasado o del presente es puramente accidental, y no se los debe identificar con ninguna persona o hechos reales. 


I

Pero ¿y él? 
¿Fue presa de una ilusión óptica y no se dio cuenta de que había caído en una de esas redes tendidas precisamente para eso, para atrapar entes que le sirvieran, a ella, de alimento y goce?
Sí, se dio cuenta.
Y no sólo eso, en apenas tres o cuatro meses tuvo evidencias del carácter explosivo de ella que hacía volar en añicos las maneras de la moderación.
¿Tuvo entonces responsabilidad o participación en los estragos de que fue objeto durante un par de años?
Sí, las tuvo.
Pero no pudo, casi nunca ha logrado hacerlo, sustraerse al empecinamiento de la conquista. Y cuanto, en apariencia, más difícil, más lejana o inacceseble, más.


Todo esto se entendería mejor en términos freudianos. Sin embargo la intención de esta historia es apelar a un sistema de comprensión de la realidad independiente de los sistemas imperantes en el siglo XX.

II


Por eso -se anticipó en 68. Etcétera- la obra de Louise Bourgeois resulta tan difícil de comprender por el psicoanálisis: porque parece inspirada en el psicoanálisis, o porque parece una máquina de promover interpretaciones psicoanalíticas.
Hay un texto de Bourgeois explícito en otro sentido. En castellano, aproximadamente, dice:

Tengo miedo del silencio.
Tengo miedo de la oscuridad.
Tengo miedo de caer.
Tengo miedo del insomnio.
Tengo miedo del vacío.

¿Hay algo perdido?
Sí, algo está perdido y siempre estará perdido:
La experiencia de la vacuidad.

Extrañar.
¿Qué extrañas?
Nada.
Soy imperfecta pero no extraño nada.
Tal vez falta algo pero no lo sé y por eso no sufro.

Estómago vacío, casa vacía, botella vacía.
La caída en el vacío señala el abandono de la madre.

Es un poema. Y es una declaración, o una manera de enunciar una política de la intimidad y de la creación. Como cuando Bourgeois, en otro texto, dice: Tengo miedo del poder. Me pone nerviosa. En la vida real. Yo me identifico con la víctima.
Louise Bourgeois tenía miedo del vacío. Y ese era el sentido de sus obras. O de sus visiones.



III

Hoy Max Legget, William Leonard Gates y Robert Williamson se disputan el trono del Reino de Redonda. En los años '90 John Wynne-Tyson abdicó en favor del escritor español Javier Marías y de la tradición literaria a la que Redonda, una isla desierta que depende desde 1865 de Antigua y Barbuda en el Mar Caribe, le debe su entidad. Se desconoce su superficie exacta, carece de Internet y de teléfonos.


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