Las polémicas empiezan cuando se pierde la razón.
O:
La felicidad es eso que pasa de largo cuando el 15 no se detiene en la parada de Santa Fe entre Armenia y Malabia.
O:
Para un peronista no hay nada peor que otro peronista.
Las compensaciones más notables venían, de parte de ella, con regalos: siempre espléndidos, sorprendentes y regularmente inapropiados. La ropa que ella le regalaba a él no le gustaba. Eran prendas caras, de primeras marcas y de colores propios de la temporada. Pero a él esa ropa no le gustaba porque él se viste con básicos tan básicos como un jean, una remera negra y esas zapatillas, por llamarlas de algún modo, que inventó hace muchos años Camper y que le copió todo el mundo: http://www.camper.com/es/eshop/productos.xhtml?type=M
-Sos implacable -le dice María.
-No, soy realista. Hay que recuperar el realismo.
-Pero la querías...
-Los primeros dos meses la quise.
-¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?
-Te queda un solo cigarrillo... -dice él-. Dos años, más o menos.
-Fumalo. Lo necesitás más que yo.
La sonrisa no desaparece del todo de su boca. Escucha y escucha, casi sin hacer preguntas, y conserva espontáneamente algo plácido como si se dejara flotar en la calma chicha.
-También es cierto que exagero un poco.
-Caminemos un poco, hasta otro bar, y compramos cigarrillos.
-Dale.
-¿Y cómo está tu ojo ahora?
-No del todo bien... Pero no puedo dejar de mirarte.
Gente sin techo (CABA). Y fuera de foco.
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